Barrotes oscuros de los que me agarro fuerte con las dos
manos, ausencia a mi alrededor.
Aquel murmullo que se desliza sobre tus labios, tu voz.
El sonido de tu respiración tranquiliza mis miedos, lo
siento justo en mí.
El mundo ahí afuera, se ríe y habla de mí.
¿No notas mi presencia?
El bombeo me atemoriza, el terremoto, un tsunami.
Me alimento de las burbujas de tu sangre.
Sácame de aquí te he gritado mil veces, mátame si quieres,
pero déjame ir.
Escucho tus risas, tus llantos, te siento muy cerca de mí.
Me has metido aquí sin siquiera preguntar si me gustaría.
Cuatro puertas y yo aquí sin poder salir, prisionera de ti.
Esa presión que mata mis sentidos.
No escucho, no veo, no oigo, no miro, lo que ahí afuera está
pasando sin mí.
Respiro apenas, tengo ganas de vivir.
Sácame de aquí, te ayudare a ser feliz.
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